Comencé en el mundo de la terapia a los 19 años debido a una crisis vital, que me abrió a la posibilidad de experimentar la vida de una manera mucho más compasiva y menos rígida. La formación en terapia Gestalt me facilitó recursos para manejarme mejor en la vida y atravesar situaciones difíciles.
Estudié el grado de psicología al comprender que quería dedicar mi vida a ayudar a los demás en consulta, al igual que yo estaba siendo ayudada. La carrera me dotó de conocimientos teórico-científicos a cerca del comportamiento humano, además de técnicas de intervención terapéutica.
A mi manera de hacer terapia, fundamentada en la terapia Gestalt, he ido incorporando, en estos más de diez años de experiencia, la sistémica y el trauma. Concretamente trabajo mucho con el modelo de sistemas de la familia interna (IFS, por sus siglas en inglés) , para explorar las partes internas traumatizadas que suelen ser evitadas por el individuo, lo que conlleva a un importante malestar.
Te garantizo un espacio de seguridad, escucha y confidencialidad, donde podrás compartir y sentirte apoyado y acogido.
La Terapia Gestalt está encuadrada en el marco de la psicología humanista y es una aproximación holística. Es un modo de vivir la vida de manera plena, aceptando lo que es cada persona y responsabilizándose de ello.
Suelen asociarse términos como: “terapia de darse cuenta”, “terapia de contacto” o “terapia del aquí y ahora”. Así, el objetivo primordial consiste en ayudar a la persona a que tome consciencia (tanto a nivel cognitivo como emocional) de cómo esquiva una parte de su realidad, que le puede parecer traumática. La función del terapeuta será disponer a la persona a enfrentar aspectos desagradables, es decir acompañarle a que adquiera un buen contacto con su realidad y ayudarle a descubrir sus recursos para afrontarla.
El modelo de Sistemas de la Familia Interna (Internal Family Systems, IFS, por sus siglas en inglés) se basa en el concepto de que las subpersonalidades o “partes” de la psique de cada individuo se relacionan entre sí como miembros de una familia, y cómo, al igual que en una familia, la polarización entre las partes puede conducir al malestar emocional. Cada parte tiene su función y propósito individual, albergando emociones, recuerdos y creencias propios. A menudo, operan de forma independiente, influyendo en nuestro comportamiento y bienestar emocional. Cuando sufrimos o sentimos un conflicto interno, se debe a que estas partes están relacionándose de forma hostil. El objetivo es propiciar una comunicación amable y compasiva entre estas partes heridas o conflictivas y que puedan sanar, permitiendo una mayor conexión con nuestro propio interior. Así, la IFS mejora la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y con nuestro entorno.